De Kalaw sólo dos cosas, que Miguel es muy exhaustivo (reconozco que a veces demasiado): nuestro alojamiento y (a riesgo de ser pesada) el mercado.
Estamos reservando a menudo a través de una página que se llama Agoda - es como Booking, pero tiene muchos más opciones para Asia. Como en Booking, la gente puntúa los hoteles y escribe su opinión, lo cual está muy bien para hacerte una idea. Al buscar sitio para quedarnos en Kalaw dimos con uno muy nuevo, que sólo tenía 13 reviews pero una media de 9.9 sobre 10. Nosotros somos de sobresalientes, así que allí nos fuimos.
Thitaw Lay B&B es uno de esos sitios en los que te sientes cómodo nada más llegar. Marc, el dueño belga que trabajaba en una ONG, se casó con una birmana hace tiempo - ahora tiene un niño aquí y que ir a Yangón cada 6 meses a renovar el permiso de residencia (está a 600 Km de Kalaw, bendita burocracia birmana). Es muy pequeño, dos casitas en el jardín y una habitación más para clientes en el edificio principal, en el que también vive Marc y su familia y donde hay una sala común para cenar y charlotear. Somos de los primeros clientes, y se nota - el jardín está por crecer (pero es mono hasta sin césped) y Marc pregunta siempre qué nos parece esto o lo otro. Trabajan además un cocinero y un hombre para todo, ambos birmanos, que no hablan inglés y son muy amables. Marc nos cuenta que quería que el B&B fuese como una casa suiza de madera, pero que ha tenido que hacer compromisos debido a las técnicas de construcción birmanas - cuando durante la construcción vieron que una puerta no cerraba correctamente, ellos no entendían por qué no podía simplemente quedarse abierta permanentemente. Marc ha escrito también una miniguía de Kalaw, que incluye desde rutas de senderismo hasta dónde comprar cerveza. La verdad es que es un lujo tener a alguien europeo, como nosotros, pero que conoce muy bien la cultura local, y además agradable.
El desayuno merece mención especial - Marc se ha construído también un horno de leña en el jardín, de donde sale un pan casero buenísimo. No es lo único - hay crepes recién hechas, mermelada casera, un bollo de levadura muy bueno, huevos, fruta fresca, yogur y queso caseros... Los monjes (que sólo comen de las ofrendas que les da la gente por las mañanas) se han aficionado a las crepes y vienen a que se los den cada día.
A pesar de lo que nos gustó, no tengo muchas fotos, además tampoco le harían justicia. Así que los interesados tendrán que ir a Kalaw para verlo.
Estas son mis vistas al despertar, a través de la mosquitera (no, no dormimos con la cámara en la cama).
Lo segundo que tenía para hoy son un par de fotos del mercado de Kalaw. Ponemos muchas fotos de mercados - al final es de lo que más nos gusta, o lo que más. Además, nunca habría pensado que el pescado seco, con lo que apesta, me pudiese resultar fotogénico.
Las judías de todas formas y colores con lata incorporada también me seducen.
El próximo día empezamos el trekking. Concluyo no sin antes lanzar una advertencia: el próximo post de Miguel tiene, a partir de la primera foto, contenido sumamente escatológico. Avisados quedáis.
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