El primer día, después de dejar las maletas, nos fuimos directamente al mercado de Chatuchak, el más grade de Bangkok y que sólo abre el fin de semana. Se va también en un tren elevado la mar de modernos. Aquí los monjes budistas no sólo se dedican a la vida espiritual, sino que van también con iphones y tienen preferencia en el metro a la hora de sentarse:
Tiene más señales curiosas, como la de que está prohibido a los vendedores y tranportistas ambulantes meterse con toda su parafernalia dentro del metro:
Os pongo unas cuantas fotos del mercado, primero estaban los restaurantes deluxe:
Lo más curioso era ver los puestos de comida. Se identificaba en torno al 5 % de lo que había.
A la vuelta yo quería coger otro metro aéreo para volver al hostal, pero Lucía era venir aquí y ver los precios del mercado y ponerse en modo ultra-rácana. Después de ver que se podía comer por 1 € estupendamente, no quería pagar 70 céntimos para una parada de metro, así que me hizo volver andando por un camino que iba justo por debajo del metro aéreo. Aparecía marcado en grande en el mapa, así que tenía que ser una calle importante.
Esto era lo que nos encontramos.
La cosa iba a mejor, porque luego nos juntamos con las vías del tren de Bangkok:
En los 15 minutos que estuvimos nosotros andando por allí, pasó sólo un tren, así que tampoco es que fuese la estación de atocha, pero aún así pasó por las vías que están justo al lado de las casas. La gente andaba, charlaba y cocinaba por las vías y se apartaban cuando venía el tren.
Lo de abajo es la lavandaría que había montado un vecino, con la lista de precios de cada lavadora.
Allí tenían hasta una granja y todo:
Su huerta y demás.
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