Monday, March 10, 2014

El Bangkok de las flores

Está claro que una no puede cogerse una intoxicación alimentaria menor. En el tiempo que he estado indispuesta Miguel se ha dedicado a dejarme en mal lugar en varios posts. 
Vale, sí, lo reconozco. Mi interés principal no era ir a comer al barrio indio, sino ir al Mercado de las Flores. Reconozco también que puede que esto último no llegase a mencionarlo en voz alta... y reconozco también que lo volvería a hacer, porque no me lo querría haber perdido y flores y Miguel no son conceptos que casen bien. 

En Tailandia hay muchas flores, por todas partes. A veces hay mujeres que llevan guirnaldas de jazmín colgadas del pelo. Queda muy bonito, y además se ahorran la colonia. A Miguel y a mí no nos vendrían mal, con eso de que hace calor y andamos con la mochila llena de cámara, guías, agua y demás siempre estamos bien sudaditos. 

Pero el uso principal es como ofrenda, en cualquier tipo de altar. 
Un par de fotos para ilustrar. 
Lo de la izquierda son lotos, que no los había visto nunca y que vistos así parecen poco impresionantes. Lo de la derecha son esas flores naranja vivo que salen en toda película de Bollywood que se precie, cuando se casan los protas. 


Aquí se ven los lotos un poco mejor - los abren y les doblan los pétalos, y quedan así de monos. 



En general, se trata de colgar las flores en algún sitio - así que las hacen en forma de collar.


Me intentaron vender guirnaldas de éstas para que me las pusiera en plan hawaiana, oferta que rehusé cortésmente - Ya tengo suficiente con ser una farang ("extranjera" en tailandés) apestosa como para que encima se pitorreen de mí. 



También hay ofrendas más elaboradas para cuando, como diría Miguel, la has líado bien parda:



Cualquier esquina de Bangkok (véase la entrada de un centro comercial mega-moderno) tiene su templito lleno de flores y ofrendas de comida.

Y a veces simplemente como amuleto, lo cual nunca viene mal teniendo en cuenta el tráfico de Bangkok!




1 comment:

  1. Por los comentarios que ponéis, parece como si apestarais a camello, por lo menos. ¡No será para tanto!

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