bungalow más barato que el que teníamos, 18 euros en vez de 25 y directamente en la arena. Así que me hizo arrastrar las mochilas allí. En el cambio, no sólo seguíamos sin cisterna (esa la habíamos perdido en el cambio anterior), sino que también perdimos el agua caliente. Totalmente prescindible a 25 grados a la sombra.
Después nos fuimos otra vez al curso de buceo. Y tuvimos lo mismo que el día anterior. Un ratito de curso, después corriendo al barco, una inmersión por la mañana de aprender la técnica y otra inmersión por la tarde para disfrutar y ver bichos.
¿Y qué se ven? Pues muchas cosas. Mi prefe, el pez león. Es venenoso. Por eso le gusta.
El de abajo es el pez piedra. Bastante feo y también venenoso. Este se ve muy bien, el que vimos nosotros estaba camuflado con el suelo, se le veía poquísimo. La profe casi lo pisa.
Y morenas. Normalmente están en un agujero y sólo les ves la cabeza. Te miran con cara de brujas y abren y cierran la boca como una abuela sin dentadura.
Cuando volvimos a Ko Lipe, a eso de las 4:30 - 5:00, en vez de ir directamente a seguir con la teoría, preferimos ir a la playa a aprovechar las últimas horas de sol. Éste es nuestro bungalow por fuera.
Y por dentro. Afortunadamente para Lucía, la mosquitera venía de serie. Aunque ella no estaba del todo convencida con las calidades.
Lucía medio "trabajando" un rato desde nuestro hostal. Aunque no lo parezca, estoy elaborando mis estrategias de inversión.
Por cierto, que en ese bungalow el baño estaba bastante mal organizado. Resulta que tenían puesto el rollo de papel higiénico justo al lado de la palangana de agua. Y al ir a cogerlo se cayó dentro. Y no había más rollos. Así que bueno, tocaba utilizar lo mejor posible los recursos existentes.
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