Después de descansar un rato nos fuimos a dar una vuelta. Georgetown es la ciudad importante de la isla de Penang. Se supone que conserva mucha influencia de su pasado colonial. Desde luego, nos pareció que era muchísimo más tranquila que Kuala Lumpur y más agradable para vivir. También había muchos cafés y restaurantes bonitos para nuestros estándares occidentales.
En Penang es donde más se nota la mezcla de culturas de Malasia. Aquí vinieron muchos chinos, que como en todas partes de establecían como comerciantes y acababan convertidos en los másteres del universo, o al menos los de Penang. Tienen sus simbolitos y se especializan en cosas concretas, en este caso joyería:
Los autóctonos malayos y las chinas se arrejuntaron, diendo lugar a toda una cultura nueva (peranakan, o baba-nyonyas) que estaba especialmente presente aquí. Tenían formas de vestir y de cocinar características, cada parte adoptaba cachitos de la religión de los otros,... la cerámica es preciosa, es como la china pero con muchos más colorines. Me quedé con las ganas de comprar, pero con mes y medio de viaje con mochila por delante me parecía arriesgado.
Primero fuimos a ver la mezquita, que estaba cerca del hotel.
A la entrada había un cartel con las indicaciones y prohibiciones.
La quinta dice: "A las mujeres en menstruación no les está permitido entrar en la mezquita". Consulté con Lucía y me confirmó que podíamos entrar sin ofender a Alá, así que allá fuimos.
Desde luego, era bonita, pero creo que me voy a acordar más del cartel que de la mezquita.
Luego a ver templos chinos.
Lo de abajo es un cartel que tenían pegado en la ventana de los autobuses a la entrada. "Recordatorio: Por favor insista en que le den el ticket después de pagarlo". Por lo visto muchos conductores de autobús malayos tienen una memoria regular y después de cobrar el dinero del billete, se les olvida dar el billete numerado.
Otros turistas tenían otra forma de visitar la ciudad. Para que luego digan que viajar es incómodo o cansado.
Ejemplos de casas de estilo colonial.
Después fuimos a visitar una casa familiar china. Resulta que hace tropecientos años un chino había venido a Penang junto con su esposa y se había dedicado a 2 cosas:
- Hacer negocios
- Hacer niños
Y no se le debía haber dado mal, porque el tío había fundado una especie de dinastía. Y esa era la casa-templo de la familia con sus descendientes.
Yo estaba totalmente entusiasmado, así que le dije a Lucía que yo también quería fundar una dinastía e inventarme nuestros propios ritos y costumbres. Yo ya estaba soñando despierto que el culto a mi boli Baldomero se extendía por el planeta, pero Lucía me dijo que eso era imposible, porque una dinastía García-Pérez no podía tener ningún futuro. Así que me alejé la mar de cabizbajo. Aunque luego me acordé que seguro que le dijeron a Franco, que llamándose Paco no iba a llegar nunca a ningún lado, y ya ves, así que me animé un poco más.
Aquí Miguel soñando con el templo que erigiremos en honor de nuestra dinastía, antes de que yo le enfrentase con la dura realidad que imponen nuestros apellidos.
Luego fuimos a ver una casa de una familia de comerciantes (bueno, de una familia peranakan). Yo creo, mamá, que a ti te hubiese gustado. Algunos malayos iban por allí la mar de dignos.
Lucía con sus omnipresentes pantalones de lunares estaba casi igual de digna.
Yo intentaba compensar mi indumentaria menos sofisticada adoptando una actitud erguida que transmitiese mi exótica personalidad de hombre de mundo.
Y abajo el patio central.
Desgraciadamente llegamos demasiado tarde a la otra casa grande de familia comerciante, pero por fuera era muy curiosa.
Compramos los billetes para el ferry del día siguiente por la mañana y nos fuimos a cenar a un puesto callejero. La bebida que está a mi lado es el zumo de azúcar de caña. ¡Muy dulce!
???? Dinastía??? Miguel, he de recordarte que, salvo que hayas inventado otra posibilidad o tu dinastía sea realmente de Baldomeros, para una dinastía hay que tener descendencia. ¿Tenéis algo que contarnos? ;-) En cualquier caso, te veo realmente suelto hablando de estas posibilidades! Por cierto, cuando Merche ha visto la referencia a los pantalones de Mikolor (pero en cortos) ha dicho: "Pues a mí gustan", así que algún fan tienen....
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